La historia de la arquitectura siempre ha prestado una atención especial a las propuestas que, aunque nunca llegaron a construirse, dejaron una huella en la historia debido a su originalidad, relevancia cultural o visión potencial. Ejemplos como los magníficos dibujos de Pinaresi o Sant’elia, el espíritu moderno prematuro en los grandes edificios nunca materializados del Iluminismo francés, o el capítulo frustrado del Constructivismo ruso, lleno de ilusiones y contemporaneidad, ilustran la inevitabilidad de tales referencias en una perspectiva retrospectiva en arquitectura.
En el campo de la arquitectura, numerosos factores se entrelazan para llevar a cabo un proyecto construido. La arquitectura, como forma de arte, involucra intereses económicos a menudo especulativos, factores culturales, como las modas y gustos de la época, y las regulaciones urbanas. Estos elementos a menudo alejan la realización de un edificio de su diseñador y ponen en peligro su calidad final o incluso su posibilidad de construcción.
Se dice con frecuencia que la mejor arquitectura es la que permanece en el papel, condenada a veces de manera permanente o temporal, esperando ser experimentada, habitada o enfrentar el paso del tiempo. Estos elementos dan un verdadero y definitivo significado a la experiencia espacial. La Bienal de Arquitectura Colombiana tradicionalmente se ha centrado en proyectos construidos en el período respectivo, dejando un amplio rango de acción profesional fuera de su alcance. Este certamen busca motivar y resaltar la creatividad de los diseñadores, así como difundir obras generalmente inéditas, permitiéndonos también evaluar las formas del ejercicio profesional que tradicionalmente han sido testimonio.
