En “Fuego”, Ana María Rueda nos invita a un íntimo recorrido por su evolución artística a lo largo de veinte apasionantes años. A través de estas páginas, somos testigos de su fascinación por los cuatro pilares de la naturaleza: agua, tierra, aire y fuego, esenciales en las antiguas filosofías para comprender nuestro entorno. Esta vez, Ana María se sumerge en el profundo y misterioso mundo del fuego. Rompiendo esquemas, opta por la madera como su lienzo y el soplete como su pincel, dando vida a más de cincuenta impresionantes piezas que forman parte de series tan evocadoras como “Del cuerpo”, “Del signo”, “Del gesto”, “Del trazo” y “De la imagen”.
Estas obras, dispuestas sobre el piso y la pared, son más que simples fragmentos de madera: con la pasión y calidez del fuego, Ana María imprime en ellas huellas y signos, convirtiéndolos en jeroglíficos que revelan su profundo universo espiritual. “Fuego” no es solo un testimonio de su habilidad y técnica, sino una ventana a cómo Ana María Rueda se relaciona con la naturaleza, no sólo admirando su belleza, sino buscando en ella un sagrado refugio que ha alimentado su creatividad y esencia a lo largo de su destacada trayectoria artística.
